La rosa dorada
Walnut se refiere más a la protección más sensoria, esta rosa a la del espíritu. Por ello está recomendada para trabajos de magia negra.
No querer o no desear ver la verdad, cuando hay pretextos u obstrucción física. Sana el miedo a la apertura y a la luz.
Su rayo dorado enseña la distinción entre la luz y no luz, espiritualizador de energías terrenas.
Ayuda cuando hay resistencia al cambio; a la transformación del espíritu o de la luz.
En esta condición la luz celestial es absorbida por el prana para producir más poder, el poder espiritual se incrementa y el poder terrenal se debilita. Espiritualización de los aspectos de la vida.
La espiritualización es un proceso de apertura para la parte terrenal «yo no soy espiritual» o del espíritu «soy de aquí, de la tierra» a yo soy la luz, la luz soy yo.

Apertura del plexo solar a la luz.
Ayuda al cuerpo mental a absorber ideas y alinear la mente; recibir con mayor claridad ideas del espíritu en oposición a las del entorno.
Permite ver lo que pertenece a la tierra y la sombra, liberar al ego de aquello en él que busca, anhela lo espiritual (amor, reconocimiento, obtener algo). Útil para el despertar y el desarrollo del ser, la identificación con el espíritu. Esta rosa trata el miedo a la espiritualidad y las bases de la aspiración espiritual. Conocer la motivación del por qué soy espiritual y si realmente lo hago para obtener otras cosas.
También ayuda a reconocer a los falsos avatares o gurús.

Liberación de influencias y ataduras que impiden ver y sentir el yo soy, el espíritu.
Vislumbrar la contraparte a la espiritual, mundana, que atrae pero no da.
La rosa dorada representa a «la luz». La luz primordial divina.
Movimiento de dar, ofrecer, entregar. Para dar con el corazón cuando alcanza la limpieza de los chakras 1 y 4.
Despierta la comunicación con la divinidad y la capacidad de establecer el objetivo espiritual o el propósito del espíritu. Una vez encauzado uno a la luz desbloquea de aquello que impide su desenvolvimiento.
Desarrolla la fe y la gratitud espiritualizando aquello que toca, haciendo aquello que desde la luz se presenta. Al superar la pelea con lo superior, las dudas y las creencias aprendidas acerca de la divinidad y de Dios, el buscador, con su gran anhelo descubre la existencia de la Vida y de Dios.
La fe es la confianza en los superior, es la identidad con el amor divino lo que permite la lluvia de la luz espiritual sobre la vida de la tierra produciéndose la entrega absoluta.
El espiritual es aquel que ve al espíritu y que cuando sus ojos no ven incesantemente lo busca.
